¿Qué es un queloide y cómo favorecer su cicatrización?

A veces, un simple corte, una quemadura leve o incluso un piercing puede dar lugar a algo inesperado: una cicatriz que en lugar de desaparecer, crece más de lo normal. La piel se engrosa, se eleva y empieza a extenderse más allá de la herida original. Si esto te ha pasado, es posible que estés frente a un queloide1.
En este artículo te contamos qué son los queloides, cómo se diferencian de otras cicatrices, qué los causa y—lo más importante—cómo tratarlos y prevenirlos eficazmente.
¿Qué son los queloides y por qué crecen más de lo esperado?
Los queloides son más que simples cicatrices: son la forma que tiene el cuerpo de protegerse en exceso. En vez de detener la producción de colágeno una vez que la herida está cerrada, la piel sigue generando tejido, creando una cicatriz gruesa, elevada y que se extiende más allá de la lesión original2. Este exceso puede resultar frustrante, sobre todo porque los queloides no se encogen por sí solos3.
Entonces, ¿cómo saber si tienes un queloide o solo una cicatriz común? Entender sus características es el primer paso para manejarlos correctamente.
¿Qué es exactamente un queloide?
Un queloide es un tipo de cicatriz elevada que aparece cuando el cuerpo produce colágeno en exceso durante la cicatrización. En lugar de detenerse una vez finalizada la reparación del tejido, el queloide sigue creciendo más allá del límite de la herida. El resultado es una masa gruesa, firme y a menudo brillante. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque es más común en el pecho, hombros, espalda y lóbulos de las orejas4.
A diferencia de las cicatrices normales, que se aplanan y difuminan con el tiempo, los queloides persisten e incluso pueden crecer durante meses o años5.
Es importante no confundirlos con las cicatrices hipertróficas, que también son elevadas, pero se mantienen dentro del área de la herida original y suelen estabilizarse o reducirse con el tiempo. Te explicamos a continuación en qué se diferencian.
¿En qué se diferencian los queloides de las cicatrices hipertróficas?
A simple vista pueden parecer lo mismo, pero los queloides y las cicatrices hipertróficas no son iguales, y saber diferenciarlos es clave para cuidar bien la piel.
Aquí te explicamos sus principales diferencias:
- Crecimiento: Los queloides crecen más allá de los bordes de la herida original, mientras que las cicatrices hipertróficas se mantienen dentro de los límites de la lesión6.
- Aspecto: Los queloides suelen ser más gruesos, abultados y con un tono más oscuro o rojizo, además de presentar una forma más irregular. Las cicatrices hipertróficas, en cambio, son más lineales y uniformes7.
- Evolución en el tiempo: Mientras que los queloides pueden seguir creciendo durante meses o años, las hipertróficas tienden a reducirse o aplanarse progresivamente con el tiempo8.
Identificar correctamente el tipo de cicatriz es fundamental para elegir el tratamiento más adecuado. Si no estás seguro de qué tipo de cicatriz tienes, lo mejor es acudir a un dermatólogo. El especialista podrá orientarte y recomendarte el mejor enfoque según tu caso.
¿Qué causa los queloides? Factores clave y desencadenantes
Los queloides no aparecen por casualidad. Su formación está relacionada con cómo reacciona tu piel durante la cicatrización, sumado a factores genéticos y algunos desencadenantes externos. Entenderlos puede ayudarte a prevenirlos si tu piel tiene tendencia a cicatrizar en exceso.
Cuando la piel sufre una lesión —ya sea un corte, quemadura, cirugía, acné o piercing— el cuerpo activa un proceso natural para repararla. En algunas personas, este proceso se descontrola y produce demasiado colágeno, lo que da lugar a un queloide9.
Veamos más de cerca los eventos que pueden provocar un queloide y los factores que hacen que algunas personas sean más propensas que otras.
Lesiones que pueden provocar queloides
Un queloide puede desarrollarse a partir de cualquier lesión en la piel, incluso aquellas que parecen insignificantes al principio. Si tu piel tiene tendencia a cicatrizar en exceso, lo más recomendable es prestar atención desde el primer momento, especialmente ante heridas como:
- Incisiones quirúrgicas
- Cicatrices de acné
- Quemaduras
- Piercings y tatuajes
- Picaduras de insectos
- Marcas de varicela
- Rasguños o cortes menores10
Incluso un simple granito o una picadura puede activar una respuesta exagerada en la piel y generar una cicatriz elevada que sobrepasa la herida original. Reconocer este riesgo desde el principio permite actuar de forma preventiva.
Factores genéticos y ambientales que aumentan el riesgo
La aparición de un queloide no depende solo del tipo de herida, sino también de cómo reacciona tu piel y de ciertos factores internos y externos que pueden influir.
Entre los más comunes, encontramos:
- Antecedentes familiares: los queloides suelen ser hereditarios11.
- Tipo de piel: son más comunes en personas con piel oscura, especialmente de origen africano, hispano o asiático12.
- Edad: suelen aparecer entre los 10 y los 30 años13.
- Factores hormonales: etapas como la pubertad o el embarazo pueden favorecer una cicatrización más activa14.
- Factores ambientales: la exposición prolongada al sol, la irritación crónica o los traumatismos repetidos en una misma zona pueden aumentar el riesgo. Una mala higiene de la herida, infecciones o demasiada tensión en la piel durante la cicatrización también pueden favorecer el desarrollo de tejido cicatricial excesivo15.
Una higiene adecuada, evitar la exposición solar en la zona y proteger bien la herida desde el primer momento son pasos clave para minimizar el riesgo.
¿Cómo se diagnostican los queloides? Signos, pruebas y evaluación médica
¿Cómo saben los médicos si una cicatriz elevada es un queloide? Cuando una cicatriz empieza a crecer más de lo habitual o se vuelve más gruesa y molesta, es normal preguntarse si se trata de un queloide. El diagnóstico suele hacerse mediante una evaluación clínica sencilla, basada en la observación directa y, en algunos casos, con pruebas adicionales.
¿Cómo se ven y se sienten los queloides?
Los especialistas en dermatología pueden identificar un queloide con solo observar y tocar la zona afectada. Estas son algunas de las características que suelen tener en cuenta:
- Textura: firme y algo gomosa al tacto.
- Color: suele ser más oscuro que la piel de alrededor, con tonos que van del rosa al marrón.
- Tamaño: pueden comenzar como una pequeña protuberancia y seguir creciendo lentamente con el tiempo.
- Síntomas: a veces provocan picor, ardor, tirantez o sensibilidad16.
Si observas alguna de estas señales en una cicatriz, sobre todo si notas que sigue creciendo más allá de los bordes de la herida original, lo mejor es consultar a un dermatólogo.
¿Qué pruebas se realizan para confirmar el diagnóstico?
En la mayoría de los casos, no es necesario hacer pruebas invasivas. El médico examina el aspecto y la evolución de la cicatriz para confirmar si se trata de un queloide. Sin embargo, en situaciones poco claras o cuando hay dudas con otras lesiones cutáneas, puede solicitar una biopsia17.
Esta prueba consiste en tomar una pequeña muestra de piel para analizarla al microscopio y descartar otras condiciones, como un dermatofibroma o, en casos más raros, un sarcoma.
Detectar un queloide a tiempo permite aplicar cuidados adecuados desde las primeras fases, favoreciendo una mejor evolución de la cicatriz.
Los mejores cuidados y consejos para prevenir queloides
Aunque los tratamientos médicos pueden ser necesarios en algunos casos, el cuidado diario en casa juega un papel clave para calmar los síntomas de los queloides y prevenir la formación de nuevos. Adoptar una rutina constante y elegir productos adecuados desde las primeras fases de la cicatrización puede marcar una gran diferencia.
Cuidados diarios para piel con queloides
Si ya tienes un queloide diagnosticado o tu piel tiende a formarlos, estos cuidados diarios pueden ayudarte:
- Hidratación continua: Mantener la zona hidratada ayuda a evitar la sequedad y la irritación18.
- Evita el sol directo: Los rayos UV pueden oscurecer los queloides, haciendo que se noten más. Si están en zonas expuestas (como el pecho o los hombros), cúbrelos con ropa ligera o utiliza protector solar de amplio espectro recomendado por tu dermatólogo19.
- Presión suave: En algunas zonas, como los lóbulos de las orejas, se recomienda el uso de pendientes de presión o apósitos compresivos, que ayudan a aplanar el queloide y evitar que siga creciendo.
Estrategias para prevenir queloides después de una herida
Si sabes que tu piel tiene tendencia a formar queloides, actúa desde el primer momento con estos pasos:
- Limpia la herida suavemente con agua y jabón neutro. Evita productos agresivos que puedan resecar la piel y complicar la cicatrización.
- Aplica la crema cicatrizante o los apósitos cicatrizantes de Linitul* y cúbrelos con un vendaje.
- Renovar cada 12 o 24 horas.
- Consulta al dermatólogo: si notas que la cicatriz empieza a engrosarse o a sobresalir, no esperes.
Los queloides pueden ser difíciles de controlar, pero con información, cuidado adecuado y productos de calidad, no tienen por qué dominar tu piel. Aunque los tratamientos profesionales son los más eficaces para reducir su tamaño y molestias, el cuidado diario adecuado mejora significativamente los resultados.
La pomada cicatrizante y los apósitos impregnados cicatrizantes de Linitul* combinan el con , con el aceite de ricino con acción cicatrizante y emoliente que evita que se adhieran a la herida y permite una retirada suave, sin causar dolor ni dañar la piel en proceso de cicatrización.
Recuerda: aunque el cuidado en casa es fundamental, consultar con un dermatólogo es un paso imprescindible si sospechas que estás formando un queloide o si tienes dudas sobre el tratamiento. Actuar a tiempo puede mejorar mucho el aspecto y la evolución de tu cicatriz.
*Linitul es un medicamento de venta libre en farmacias.
Preguntas frecuentes sobre queloides
¿Un queloide puede desaparecer por sí solo?
No, los queloides no desaparecen espontáneamente. Se forman por una producción excesiva de colágeno que continúa incluso después de que la herida ha cicatrizado. Por eso, es poco probable que se reduzcan sin intervención médica. Lo más recomendable es consultar a un dermatólogo, que podrá orientarte sobre tratamientos para disminuir su tamaño y aliviar posibles molestias.
¿Cuánto tiempo tarda en aparecer un queloide?
Pueden formarse entre 3 y 12 meses después de una lesión. A veces surgen incluso más tarde. Como tienden a crecer lentamente y de forma progresiva, es importante observar cualquier cicatriz que cambie de aspecto o tamaño con el tiempo. Un seguimiento temprano puede evitar que se convierta en un problema mayor.
¿Un queloide es señal de cáncer?
No. Los queloides son un crecimiento benigno (no canceroso) del tejido cicatricial. No obstante, si observas cambios bruscos en el tamaño, color o textura de una cicatriz, es fundamental acudir al dermatólogo para descartar otras afecciones cutáneas.
¿Los queloides son hereditarios?
Sí. Los queloides tienden a presentarse en varias personas de una misma familia, lo que indica un fuerte componente genético. Si tienes antecedentes familiares, un dermatólogo puede ayudarte a tomar medidas preventivas y a controlar cualquier cicatriz antes de que se vuelva problemática.
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