¿Cómo hidratar correctamente las costras de una herida en la piel?

Las costras son parte del plan de reparación de la piel. Aparecen cuando hay una herida, y aunque a veces molesten o piquen, están ahí para proteger mientras la piel se regenera.
Pero cómo las cuidamos marca la diferencia: una costra mal hidratada puede tardar más en caer, picar más de lo normal… o lo peor: dejar una marca poco estética.
En este artículo te contamos por qué la hidratación de las costras es importante y cómo hacerlo sin dañar la piel.
¿Por qué es tan importante hidratar bien las costras?
Hidratar bien la costra (y la herida) no es solo por comodidad: es parte del tratamiento. Cuando la piel está bien hidratada, cicatriza más rápido, con menos dolor y menos riesgo de infecciones o marcas poco estéticas. En cambio, si la zona se reseca demasiado, el tejido nuevo tiene más dificultad para regenerarse. La costra se endurece, se vuelve más gruesa y hay más posibilidades de que deje cicatriz visible[1].
¿La clave? Crear un entorno húmedo, pero controlado, donde la piel pueda hacer su trabajo de reparación sin interrupciones. Te contamos por qué.
El papel de la humedad en la cicatrización
Cuando la herida se mantiene en un ambiente húmedo, la piel se regenera mejor. Las células se desplazan con más facilidad, lo que acelera la formación de tejido nuevo y mejora la cicatrización. Además, se reduce la inflamación, el dolor y la rigidez. Así se evita que la costra se vuelva gruesa, seca o agrietada.
Además, las heridas que se mantienen cubiertas e hidratadas cicatrizan antes y con mejor aspecto que las que se dejan al aire[2]. Por eso hoy se recomienda la cura en ambiente húmedo como la más eficaz. Hecho que desmonta muchas ideas antiguas sobre cómo debe tratarse una herida.
Mitos y verdades sobre la hidratación de costras
Durante mucho tiempo se creyó que lo mejor era “dejar la herida al aire para que respire”. Pero hoy sabemos que una herida seca cicatriza más lento, duele más y tiene más riesgo de dejar marca visible. En cambio, si la zona se mantiene ligeramente húmeda y bien cuidada, la piel se regenera antes y con mejor resultado[3].
Formas seguras de mantener la costra hidratada
No todo vale a la hora de hidratar una costra. Para que una herida cicatrice bien, necesita cuidados con ingredientes que faciliten la regeneración de la piel y la creación de un entorno limpio y protegido. Te contamos qué puedes usar para mantener la costra hidratada de forma segura y eficaz.
¿Qué puedes usar para mantener una costra hidratada?
Para mantener la costra bien hidratada y favorecer una buena cicatrización puedes utilizar cremas hidratantes específicas: No todas las cremas sirven. Las que están formuladas especialmente para piel sensible o dañada —sin alcohol ni perfumes— y que incluyen ingredientes que favorecen la hidratación y la regeneración, pueden marcar la diferencia en el cuidado de una herida con costra[4].
Sin embargo, tan importante como elegir el tratamiento adecuado es saber cómo aplicarlo para no alterar el proceso de cicatrización.
Recuerda que en el mercado existen medicamentos de venta en farmacia como la pomada o los apósitos de Linitul* que favorecen el proceso de cicatrización de heridas producidas por roces, cortes, abrasiones o quemaduras leves.
Técnicas de aplicación para una hidratación óptima de la costra
Hidratar una costra no es difícil, pero hay que hacerlo bien. Una aplicación cuidadosa marca la diferencia en cómo cicatriza la piel.
- Limpieza suave
Lava la zona con agua y jabón neutro. No frotes ni arrastres: seca con pequeños toques usando una gasa o toalla limpia.
- Aplicación de la pomada
Aplica una capa fina de la pomada indicada, sin presionar ni masajear. Basta con cubrir la superficie de forma uniforme. Consulta con un profesional sanitario para saber qué pomada usar.
- Evita el exceso
Más no es mejor. Un exceso de producto puede macerar la piel. Lo ideal es mantener un nivel de hidratación equilibrado, sin que la zona quede empapada.
- Protección con apósito si es necesario
Si la herida roza con la ropa o está en una zona expuesta, puedes cubrirla con un apósito transpirable. Cámbialo cada 12 a 24 horas, o antes si se ensucia o humedece.
- Observación diaria
Revisa la zona cada día: si la costra se ve demasiado seca o muy húmeda, ajusta el tratamiento. Ante signos de infección (enrojecimiento, pus, calor local), consulta a un profesional.
Hidratación según el tipo de costra y etapa de cicatrización
No todas las costras son iguales, y eso significa que no todas necesitan el mismo tipo de hidratación. Adaptar los cuidados al tipo de herida y su estado es esencial para evitar molestias, infecciones o marcas innecesarias.
Hidratación de costras secas y duras: cómo suavizarlas sin dañarlas
Cuando una costra se vuelve demasiado seca, rígida o gruesa, la piel lo tiene más difícil para curarse bien. Esto puede frenar la migración de las células que reparan la zona y, con el tiempo, aumentar el riesgo de que quede marca visible[5].
¿Qué puedes hacer si pasa esto?
- Limpia suavemente la zona con agua templada y jabón neutro, y sécala sin frotar.
- Aplica una fina capa de pomada específica para heridas, si está recomendada para ese caso, siguiendo siempre las indicaciones del prospecto o del personal sanitario.
- Protege la zona con un apósito adecuado que mantenga una humedad equilibrada y evite que la costra se endurezca más.
- Evita la exposición solar directa, ya que puede resecar la zona y oscurecer la marca.
Con el cuidado adecuado, la costra se irá ablandando poco a poco y caerá sola, favoreciendo una mejor cicatrización.
Costras húmedas o con exudado: cuándo actuar con más cuidado
Si ves que la costra está húmeda, supura líquido, tiene mal olor o sale pus, es posible que haya una infección en marcha.
En ese caso, mejor no improvisar: lo primero es consultar con un profesional sanitario, que te indicará cómo tratarla de forma segura y con los productos adecuados.
Cuanto antes actúes, más fácil será evitar complicaciones.
Precauciones al hidratar costras
Hidratar ayuda, pero no siempre es el momento adecuado. Aunque mantener la costra hidratada suele ser lo mejor para que cicatrice bien, hay algunas situaciones donde puede jugar en contra. Por eso, es importante saber cuándo seguir hidratando… y cuándo hacer una pausa. Contestamos, a continuación, a algunas de las dudas más comunes
¿Qué pasa si hidratamos demasiado?
Cuando hay demasiada humedad, la piel puede pasarse de blanda. Esto se llama maceración, y ocurre cuando la zona alrededor de la costra se debilita: los bordes de la herida se ablandan, se vuelven más frágiles y eso puede abrir la puerta a infecciones [7].
Por eso, el truco está en mantener la humedad justa —ni seca, ni empapada.
¿Cómo reconocerlo?:
- La piel se ve blanquecina, húmeda, blanda.
- Puede haber sensación de picor o ardor.
- En algunos casos, la costra se despega antes de tiempo.
¿Cómo evitarlo?
Elige apósitos que regulen la humedad, como los hidrocoloides, solo si están indicados para tu tipo de herida.
- Evita cubrir la herida con materiales plásticos o muy oclusivos que no permitan transpirar.
- Consulta al farmacéutico o al personal sanitario si no estás seguro del apósito más adecuado.
Cuándo NO debes hidratar directamente una costra
Aunque hidratar suele ayudar, hay momentos en los que es mejor dar un paso atrás:
- Si la costra ya se está cayendo sola, no hace falta intervenir. Deja que siga su curso.
- Si notas enrojecimiento creciente, dolor fuerte, pus o mal olor, podría haber una infección: en este caso, nada de cremas por tu cuenta.
- Si tienes alergia a algún ingrediente, tampoco es buena idea aplicar el producto.
- En casos de dermatitis, eccema o psoriasis en brote activo, mejor consultar primero con un profesional.
Cuando hay dudas, la regla es clara: preguntar a un profesional. Un médico podrá decirte qué hacer en tu caso concreto y evitar complicaciones innecesarias.
Cicatrización saludable: cuidados extra que marcan la diferencia
Hidratar la costra ayuda, pero no lo es todo. Para que la piel se recupere bien y sin complicaciones, es importante acompañar la hidratación con otros cuidados esenciales.
Limpieza adecuada del área alrededor de la costra
Antes de aplicar cualquier tratamiento, asegúrate de que la zona esté limpia:
- Lava con agua y jabón neutro.
- Evita productos con alcohol, perfumes o ingredientes irritantes, que pueden dañar la piel sensible.
- Seca la zona con toques suaves, sin frotar.
Una buena limpieza diaria reduce el riesgo de infección y potencia el efecto de los tratamientos hidratantes.
Protección de la herida durante la hidratación
Después de hidratar, es fundamental proteger la zona para que la piel pueda repararse sin interrupciones:
- Cubre la costra con apósitos impregnados cicatrizantes o tratamientos tópicos diseñados para heridas.
- Evita que la zona sufra rozaduras, golpes o exposición directa al sol.
Ante cualquier duda o si la herida no mejora, consulta siempre con un profesional sanitario.
¿Una buena forma de proteger la herida para mejorar la cicatrización? Cubrir la herida con apósitos cicatrizantes como los de Linitul*, con ingredientes activos como el aceite de ricino con acción cicatrizante y emoliente[16] [17] y el bálsamo de perú con acción antiséptica y que favorece la microcirculación sanguínea cutánea
Preguntas frecuentes sobre hidratación de costras
¿Es mejor dejar que una costra se seque al aire?
No. Aunque es un mito muy común, dejar la costra al aire no ayuda a curarla mejor. De hecho, puede ralentizar el proceso y aumentar el riesgo de que quede marca. Para cuidar bien una costra, lo recomendable es mantenerla hidratada con un tratamiento adecuado y cubrirla con un apósito limpio, cambiándolo según las indicaciones.
¿Con qué frecuencia se debe hidratar una costra?
Lo habitual es cada 12 a 24 horas, según el tratamiento y cómo evoluciona la herida. Aun así, lo mejor es seguir las indicaciones del profesional sanitario. Mantener la hidratación adecuada favorece la cicatrización y reduce el riesgo de marca. Si la costra se seca demasiado, puede tirar de la piel y causar molestias.
¿Qué hago si la costra se ablanda demasiado o la piel alrededor se ve blanca?
Podría tratarse de una sobrehidratación. Si la piel está muy blanda, blanca o frágil, es señal de que el equilibrio de humedad no es el adecuado. En estos casos, debes consultar con un profesional. Tal vez necesites espaciar los cambios de apósito, aplicar menos cantidad de producto o dejar que la zona respire un poco más entre aplicaciones.
*Linitul es un medicamento de venta libre en farmacias.
Referencias
[1]Bosch–Nuñez, A. I., Moreno–Montoya, A., Tejeda–Bertot, M. M., Griñán–Semanat, D. Y., & Landazuri–Llago, S. (2021). Aplicación de una jalea de caléndula al 1% en pacientes con alveolitis. Acta Odontológica Colombiana, 11(2), 39-47. https://doi.org/10.15446/aoc.v11n2.92717
[2]Peña-Santoyo, P., Figueroa-Rodríguez, A., Flores-Pimentel, D., Patiño-Salazar, J., & Flores-Aldana, B. (2021). Cicatrización por segunda intención de heridas quirúrgicas y quemaduras. Revista De Sanidad Militar, 74(5). https://doi.org/10.56443/rsm.v74i5.61
[3]Xu, R., Xia, H., et all. (2016). Controlled water vapor transmission rate promotes wound-healing via wound re-epithelialization and contraction enhancement. Scientific Reports, 6(1). https://doi.org/10.1038/srep24596.
[4] Astudillo, M. D. S. S., Jácome, J. d. P. P., Monar, et all. (2024). Cicatrización de heridas y el uso de la panela como agente coadyuvante wound healing and the use of panela as an adjuvant age. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 8(5), 9448-9460. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i5.14328>
[5] Arcos, C. A., Wagner, et all. (2019). Cicatrización normal y patológica: una revisión actual de la fisiopatología y el manejo terapéutico. Revista Argentina De Cirugía Plástica, Estética Y Reparadora, 25(01), 0011-0015. https://doi.org/10.32825/racp/201901/0011-0015
[6] Parvizi, M. M., Saki, N., Samimi, S., et all. (2023). Efficacy of castor oil cream in treating infraorbital hyperpigmentation: an exploratory single‐arm clinical trial. Journal of Cosmetic Dermatology, 23(3), 911-917. https://doi.org/10.1111/jocd.16056
[7]Laseca-Arranz, A., Sánchez-Dengra, B., et all. (2021). Formulaciones para la cicatrización de heridas, presente y futuro. Revista Española de Ciencias Farmacéuticas (Rescifar), Universidad Miguel Hernández. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/8084280.pdf